14 may 2010

Cotidianeidades, enseres. Iñaki Sáez



Paleta. 30x41 cm. mixta/tabla. Iñaki Sáez en los 80?

Por la luz oblicua, debía ser invierno,
un puñado de ojos buscaba
en los míos
iluminados epitafios.

Me desagrada ser mirado así,
no tengo piedad
ni rosas, conozco las gaviotas por el vuelo,
vengo de las orillas del mar.

Son lentas las postreras
luces, tampoco tengo prisa:
no entiendo esas voces,
si me llaman, no es a mí quien llaman,

que no soy de aquí.

Eugenio de Andrade. Contra la oscuridad. Ed. Pamiela 14

Aparecieron un centenar de discos. Entre las cajas. Unidos a otros materiales apreciados. La más mínima cuña, un dado. Murió Giuseppe Panza di Biumo (Milán 1923-2010) el 24 de Abril. Coleccionista de Arte contemporáneo, a los 87 años. Francisco Calvo Serraller escribe un obituario en El País del sábado 1 de Mayo. Me gustó muchísimo la exposición que pude ver de su colección. Recuerdo con placer un dado diminuto, magníficamente iluminado en el centro de una gran sala. Él sólo. Paralelamente coincidiendo en el tiempo un latino pintaba constantemente un haba por las calles, plazas, aceras y mobiliario urbano de N.Y. Posiblemente una de las mejores colecciones en manos privadas, dice Calvo Serraller; que se puede visitar en su Museo personal en villa Menafoglio di Litta en Varese.
No es del todo cierto que no sea partidario del viaje. He leído bastantes libros en viajes de autobús de trayectos de corto y largo recorrido: Columnario de Francisco Calvo Serraller, Galaxia Gutemberg terminado en una playa de Elche; La novia de Matisse de Manuel Vicent, Alfaguara y otros tantos. Así es como estoy muy agradecido al viaje. Volviendo a Panza que decía: "El bien y la belleza son una misma cosa, entidades inseparables e indivisibles. La vida es una sucesión de momentos. Quién vive los momentos de la belleza, vive también los del bien y toda la felicidad que es capaz de proporcionar la vida. ¿Qué otra cosa mejor le podría caber en suerte?".
Podría, digo, acabar mis diversas lecturas, ahora mismo, en un viaje en autobús hacia la casa de este sensato y anhelante coleccionista de arte mínimal. Celos de Catherine Millet, Señora de la miel de Fanny Buitrago, ambas de Anagrama, o Entre la bruma, el cuarto libro de Simonetta Agnello Hornby en Tusquets editores. En fín, un sistema más para poner remedio al cansancio de la mudanza. De la preparación y acomodo de todas estas cosas mías, que van apareciendo entre cajas. Un centenar de discos, un dado diminuto que escapó de su juego para convertirse en homenaje y memoria del finado Giuseppe Panza. Un juego de cartas de artistas alaveses. Desafortunadas las elecciones regionales, que dejan huecos de la visión completa del arte.
Bien es cierto, que es un modo de empezar, si se quieren hacer, mostrar, saber, las cosas. Pero llega un momento en que son más los que no están que los que están. Como en el universo Tierra que habitamos. Decididamente fumo un cigarro a la hora del despertar de Antón en el camino. Es temprano. Según mi GPS personal, ahora, saliendo de tierras de Zamora. Ánimo caminante, hay paisaje en todas partes. Y paisanaje.
Guardo el recorte de prensa en el librito que nos gusta a ambos: Días de diario de Antonio Muñoz Molina, un delicado libro editado por Seix Barral-Únicos-11.
Aparecen entre marcos y cristales sueltos, entre lienzos y bastidores por finalizar, papeles y más papeles, suplementos culturales por doquier, apenas revisados, obras de amigos, de artistas con los que me relaciono, que han llegado aquí de un modo u otro. Historias, anécdotas con testigo.
Esta tabla-paleta, por ejemplo, a la que le tenemos tanto aprecio como tiempo que lleva entre nosotros. De Iñaki Sáez. Un artista merecedor de encontrarse en todas las listas. Un artista con un buen sentido de la verdad. De su verdad. Que es la nuestra a este lado del universo Tierra que llamamos VIDA. El caso es que tenemos otra obra de él. En papel, una suerte de serpiente pintada con brea y acompañada de dos pequeños congéneres y su sol. ¿Eran los 80?. Saludos Iñaki y naturalmente salud.

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